.

.

viernes, diciembre 2

Leonard Zelig, el paciente (o "doctor") de Eudora Fletcher nos muestra lo conformista que el ser humano puede llegar a ser a pesar de todo.
En mi opinión, demuestra cómo, se podría decir que el estado, intentan transformar a las personas en una gran masa homogénea.
Vivimos en una sociedad imaginaria, en donde encubiertamente nos han implantado una serie de hábitos, costumbres, comportamientos, etc. y nosotros ingenuamente los seguimos. Y los seguimos siguiendo aun cuando nos alejamos de toda ese estereotipo.
Porque al “destereotiparnos” estamos siendo otro estereotipo. La anormalidad está normalizada.
Cada vez nos vamos reduciendo más, nuestra complejidad es de menor tamaño que una pulga. Ya nosotros mismos, implantados, somos los que ahora trasmitimos eso. Luego de que nos hayan minimizado lo mayor posible todas nuestras necesidades, cubriéndolas. Así cada vez quedan menos, y mejor para ellos porque menos serán también los problemas.
Redencion.
Porque una sociedad que piensa por sí misma, se va volviendo cada vez más  fuerte e inmanejable. Entonces con todas las propagandas, productos, modas, educación, etc nos controlan. No quieren que pensemos, nos quieren distraídos, ellos quieren implantarnos nuestras nuevas necesidades. Son los que crean nuestras preocupaciones.
Hemos llegado al punto de no saber si somos o no participes de nuestras propias vidas. No hay que esperar el futuro, ya somos maquinas.
Zelig pensaba lo que los demás pensaban, hacía lo que los demás hacían y estaba preocupado por las mismas cuestiones que quien tenía cerca. Él solo es uno más, como nosotros, esclavo del miedo. La soledad que tranquilamente podría destruirlo, lo hace permanecer en sintonía con su entorno, para no ser rechazado.
Él es los otros. Nosotros.
Lo que Allen acá muestra es el miedo de una persona a tomar las riendas, a vivir su vida. Elegir por sí mismo, pensar por sí mismo, no importa si solo o acompañado. Ser el responsable de sus propios actos. Entonces es que nos dice:
“¡Eh, tú, sí miedoso conformista a ver si piensas por ti mismo de una vez!”
Ese miedo es el que aterroriza a Zelig y a todos. No quiere ser él mismo.
¿Cómo nos quitamos ese miedo? Ser libre de él es mucho más difícil.
¿Quién quiere ser responsable de sus propios actos en este mundo?
Por esto el estado cada vez recluta a más y más personas, aquellos sin personalidad. Los débiles. ¿Pero quién no es débil? ¿Cómo se mide eso?
Al mismo tiempo, como todo, esta masa también tiene su propio miedo. Es por eso que está constantemente creciendo, quiere ser más grande, quiere sentirse poderosa.
Es terrorífico
¿Cómo luchamos contra nosotros mismos?
Nosotros somos la masa, cada uno de nosotros es un ingrediente. ¿A quién exterminar?
No podemos cuestionarle el miedo a nadie, menos si nosotros mismos lo padecemos.
Puede que haya algunos que son más fuertes que otros, pero esa no es la cuestión. El problema es lo que nos rodea. El alambre de púas con que nos han atrapado.
No considero a Zelig como una de las mejores películas, pero si como a una buena película, distinta, en todos los sentidos. Quizás por eso no consiguió mucha taquilla.Que hipocresía alberga y a la vez emana el mundo.
Así somos, así es Zelig, cuya mayor virtud es la adaptabilidad, el hombre que se acomoda a lo que haga falta con tal de seguir formando parte del rebaño sin que se note mucho.

1 comentario:

  1. Es genial! Es de una pelicula?
    Me dejaste tu mail, buenísimo ^^ Enseguida tr agrego y cualquier dia de estos hablamos.

    Saludos!

    ResponderEliminar